PRÁCTICA I

REFLEXIÓN SOBRE LAS TIC EN MI VIDA PERSONAL Y ACADÉMICA

Recuerdo perfectamente que ya cuando cursaba 6º de Primaria iba, al terminar las clases los viernes, con los compañeros y amigos al cibercafé de la esquina para jugar al mítico Counter Strike. Todavía no teníamos la mayoría conexión a internet en casa, aunque sí que disponíamos de un ordenador de sobremesa, en mi caso, de un Pentium 4. Para hacer trabajos, si éstos eran breves, con una enciclopedia multimedia en CD me apañaba si, por el contrario, se trataba de monografías más extensas recurría al cybercafé y en un disquete guardaba la información; en aquellos años, no existían las memorias Usb. 

Después, en 2º de la ESO, ya llegó la revolución de las conexiones ADSL de la mano de Telefónica a unos precios razonables: 48 € una conexión de 256 Kbps (que no megas). Y algunos adquirimos el producto. Más o menos nos salía rentable: la hora del cybercafé era 2 €, si hacíamos números, nos ahorrábamos dinero. A partir de la disposición de conexión a Internet en casa, ya usaba el Messenger, chats, etc para comunicarme y buscar información en Yahoo (Google no tenía tanta presencia). 

Volviendo al presente, que ya todos lo conocemos y lo vivimos día a día, de esta asignatura espero (y lo estoy haciendo ya) conocer todas las posibilidades que las TIC me pueden ofrecer a la hora de impartir una clase. Vivimos en una sociedad de la información y sin estos recursos multimedia, es muy difícil transmitir conocimientos y motivar a los jóvenes. Además, si esperamos que nuestro país siga siendo uno de los más desarrollados, tenemos que facilitar lo máximo posible entre los ciudadanos el intercambio de información y de datos; también en las empresas. Por último, me gustaría expresar que me ha sorprendido que en mi centro se esté usando el “e-learning” (aprendizaje electrónico) en algunos Ciclos Formativos, con un gran éxito.