Estábamos
en el descanso de la clase, sobre las 19 horas de la tarde, como cualquier otro lunes,
y el profesor Rovira se acercó a un@ alumn@:
-El
lunes pasado no estabas y alguien firmó por ti -le espetó al alumn@.
-
ehhhmm no sé… el lunes pasado… -dijo dubitativo el alumn@.
-no,
no estabas -le replicó de forma contundente.
-pero
¿tienes una aplicación informática que nos ficha? -intervine yo sorprendido al ver la
vehemencia con la que el profesor afirmaba la ausencia del alumn@
-
no, pero podría tenerla. Tú no has hecho todavía la práctica número 5, podrías
hacerla sobre este asunto -me sugirió el docente.
EL CONTROL INTELIGENTE
Sonó
el timbre, como siempre de puntual, a las 8:00. Los alumnos acudían a sus
respectivas aulas; los profesores también hacían lo propio. Los docentes ya no
pasaban lista, ni siquiera usaban el “tamagochi”: una aplicación de reconocimiento
facial instalada en el ordenador del aula se encargaba de pasar lista,
cotejando los rostros con su base de datos actualizada por la secretaría del
centro. Los padres, en sus puestos de trabajo, al instante eran capaces de comprobar
si sus alumnos estaban desde primera hora en clase.
A
continuación, el docente sacó el examen; era día de control. El profesor los
repartió y se puso al final de la clase a avanzar faena; ya no tenía que estar
pendiente de que ningún joven copiase: el sistema de grabación lo registraría y
supondría la evaluación negativa del alumno y además sería una prueba irrefutable. El profesor, a continuación,
encendió su móvil para ver un momento su buzón de mensajes, para comprobar que ningún alumno faltaba al examen pero no introdujo los
famosos cuatro dígitos: el terminal comprobó su rostro y se encendió.
La
clase concluyó y con ella el examen. Los recogió el examinador teniendo la
certeza y convicción que ningún alumno se había copiado ni suplantado la
identidad de otro. El docente se dirigió a secretaría, ya que necesitaba 200€
para adquirir una impresora para el departamento. La secretaria no estaba pero
tampoco hacía falta: él mismo abrió la caja fuerte del centro y retiró esa
cantidad de dinero; un sistema de reconocimiento facial lo identificó y registró
la cantidad de dinero que extraía, mientras al mismo tiempo la secretaria, que
llegaría en dos horas al instituto, era avisada mediante un mensaje.
Después
tenía guardia en la biblioteca. El profesor se limitaba a corregir los exámenes
de la mañana, pues los alumnos pasaban los libros mediante el código de barras
por el sistema de reconocimiento y el libro y el alumno en cuestión eran
relacionados en su base de datos. Ya no era estrictamente necesario que un
docente estuviera supervisando la biblioteca; ni siquiera hacía falta una
bibliotecaria.Tan pronto como introducía las calificaciones en su ordenador, estas eran comunicadas a los padres de los alumnos.Si los padres no estaban de acuerdo con la nota, podían, en todo momento, hablar con el docente vía webcam, a través de una aplicación de la web del instituto.
El
profesor, finalmente, después de impartir sus horas lectivas, se fue a su casa,
no sin que antes el sistema de seguridad del centro lo grabase y almacenase su
hora exacta de abandono del instituto. De la misma forma, los alumnos también
eran registrados cuando dejaban el centro escolar.
Moraleja: aunque parezca que no, el
profesor Rovira nos tiene a todos fichad@s (no sé si en su cabeza o en su móvil
inteligente). Espero que nadie se sienta molest@ por la transcripción de la
conversación inicial; es una licencia para iniciar la práctica.
Muy bien Luis. Una entrada orwelliana estupenda. Pero esa tecnología ya existe. Además del etiquetado automático de Facebook hay aplicaciones para móviles: http://www.europapress.es/portaltic/movilidad/software/noticia-samsung-mejora-desbloqueo-reconocimiento-facial-android-ice-cream-20120330082006.html
ResponderEliminarUnas preguntas ¿Para qué narices van a querer una impresora? ¿Y pagan en efectivo? Supongo que el precio ha sido por la devaluación del euro.
Sí, empezando por lo último, Merkel ya no está ni su partido en el gobierno alemán, ahora están los socialdemócratas y le han dado a la "maquineta de hacer dinero" y disfrutamos en España de la AAA :p Lo de pagar en efectivo es a causa de que los profesores de ahora son antisistema y tienen el dinero en casa, en centros públicos, etc en unas cajas de seguridad tan sofisticadas como la de los bancos. Para mí, no es ninguna ventaja ni un adelanto el dinero de plástico, cuando se realiza un pago mediante tarjeta, el establecimiento ha de pagar un porcentaje de la compra a la entidad financiera... Y lo de la impresora ha sido un recurso bastante torpe para introducir lo de la caja fuerte jajaja xD digamos que me refería a esta "impresora" xD http://www.informatica-hoy.com.ar/hardware-perifericos/La-impresora-del-futuro-No-necesita-tinta-ni-toner-ni-papel.php Un saludo!
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